Como en otras obras anteriores, en esta la artista hace confluir un elemento de nuestro ecosistema con una parte del cuerpo humano. Con esta convergencia pretende desdibujar los falsos límites que por siglos se han establecido entre la tierra, los seres que la habitan y el ser humano. 
De la misma manera que hizo que la tierra se moviera al ritmo de una respiración humana [Cada respiro (Tierra)], o que un colibrí libara de un seno (Libido), en esta instalación, una rama colgada del techo roza exactamente el centro de una huella dactilar pintada sobre una base de madera. Por una parte se hace una analogía entre los anillos de un árbol y las líneas de las huellas dactilares. Por otro, pareciera que estas líneas son las ondas que produce un elemento al caer en el agua, como la energía del árbol grabada en un cuerpo humano. En este sentido, la nomenclatura de ‘biocéntrico’ resulta perfecta pues a diferencia de lo antropocéntrico, todas las vidas tienen la misma importancia: la vida, y no el hombre, es el centro.

As in other previous works, in this one the artist brings together an element of our ecosystem with a part of the human body. With this confluence she intends to blur the false boundaries established for centuries between earth, its inhabitants  and human beings.
In the same way that she made the earth move to the rhythm of a human breathing [Every Breath (Earth)], or a hummingbird libated from a breast (Libido), in this installation, a tree branch hanging from the ceiling touches exactly the center of a fingerprint painted on a wooden base. On the one hand, an analogy is made between the rings of a tree and the lines of fingerprints. On the other hand, it seems that these lines are the waves produced by an element when falling into water, like the energy of the tree recorded in a human body. In this sense, the nomenclature of ‘biocentric’ is perfect because unlike anthropocentric, all lives have the same importance: life, and not man, is the center.